lunes, 7 de julio de 2014

VIOLENCIA DISFRAZADA DE DESARROLLO

En estos últimos años hemos visto un desarrollo envolvente para nuestra sociedad, nuestra estabilidad económica ha sido envidiada por grandes potencias, y cada vez más en la televisión y diversos medios de comunicación nos hablan de un progreso constante y secuencial.
Es ahí donde nace la incógnita, si somos un país que avanza cada día y poco a poco los índices de progreso son tan gratificantes: ¿Por qué la mayoría de peruanos, hombres mujeres, niños, adolescentes, jóvenes y hasta bebes recién nacidos son parte de las tan lamentables estadísticas de la violencia?  Y es que todas las personas en esta época conviven con el  temor de ser un número más, un caso más, una triste historia que puedan contar o ser el motivo de una investigación en cuestión y no poder relatar tan lamentables hechos de los que se ha sido víctima.
Hace algunos años a tras una persona podía salir a la calle a dar una vuelta sin preocuparse que podía ser víctima de un robo al paso, de un secuestro expreses, o ser víctima de su propia pareja, o hasta inclusive ser violentado sexualmente.
Al hablar de violencia engloba una infinidad de casos y situaciones, un listado muy grande de agresiones o acciones que son consideradas violentas para cualquier persona, ya sea de manera física o verbal.
Es tan alarmante ver cifras de 100.000 casos de violencia al año, esto nos demuestra que la seguridad se quedó marcada en simples palabras y no acciones ya que no se puede confiar en nada ni nadie a estas alturas.
En paralelo la tecnología y sus avances nos facilitan y mejoran el estilo de vida, así como dan un nuevo enfoque a la creatividad  de las personas que son causantes de esta violencia.
Si Hablamos de delincuencia, las diferentes bandas delincuenciales, cometen sus fechorías de la manera más atroz que se pueda ver, matando a sangre fría por un celular, quitándole lo más valioso a una persona la inocencia en algunos casos y hasta la vida.
Por otro lado, es tan gracioso como los informes especiales de diversos noticieros muestran no solo modalidades para estar seguros en casa, u otro lugar, sino que también muestran a nuestros tan hábiles delincuentes como cometer sus fechorías.
En un hogar, que debería ser la fuente de amor y unión, como nos enseñaron desde pequeños, observamos casos uno tras otro más alarmante, violencia familiar, padres a hijos, hijos a padres, etc.
Es tan penoso no poder confiar ni en la propia familia, ¿cómo es que se puede dar la violencia en el lugar donde nos desarrollamos de manera diaria? es una gran pregunta con infinidad de respuestas.

No sabría decir con exactitud si estos pensamientos nos llevan a la reflexión o simplemente a recordar lo que vivimos diariamente y a decir tristemente que alguna vez la mayoría de personas hemos sido parte y seguimos siendo números en tan lamentables estadísticas.




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